Hola! Soy Milena, la persona detrás de La Estampería :)
Cuando me preguntan qué hago de mi vida, mi respuesta automática es “hago stickers”. Es una forma muy resumida de explicar mi trabajo, y creo que me quedo un poco corta, porque en realidad hago muchísimo más que eso. Me encargo desde la idea, la ilustración y digitalización, pasando por la producción y comercialización, y hasta la logística y contabilidad. Soy de Mar del Plata, y si ven mi trabajo van a verlo muy reflejado en mis productos. Si tuviera que catalogarme creo que resumiría en emprendedora o ilustradora, aunque el síndrome del impostor me frena un poco a autopercibirme como la segunda. Soy artista de oficio, porque en realidad mi formación académica es otra. Soy Ingeniera Química, aunque no ejerzo. Pero creo que mi especialidad se nota al momento de llevar adelante mi trabajo. Porque aunque tengo la parte libre de la rama artística, el trasfondo de mi emprendimiento es una estructura meticulosamente calculada.
Empecé a hacer stickers allá por 2019. Amo los stickers desde que tengo memoria, de chiquita coleccionaba álbumes de stickers. También dibujo desde que soy chiquita, y lleno cuadernos con garabatos desde entonces. Nunca pensé que me iba a dedicar a esto. Pensé que iba a dedicarme a mi carrera, y tener el emprendimiento en segundo plano. Ni siquiera pensé de que mi emprendimiento se iba a tratar de esto. En realidad yo tenía un emprendimiento diferente desde 2018, realizaba productos textiles con telas estampadas con técnicas artesanales de grabado. Por eso “La Estampería”. Hacía cartucheras, delantales, repasadores, entre otros. Ya habiendo trabajado de eso como por un año, en uno de mis cuadernos hice un dibujo que sentí que valía la pena compartirlo. Ahí me puse a pensar, y pensé que la mejor forma de compartir y comercializar mis dibujos eran los stickers. Primero porque es algo económico de producir, con poca inversión inicial. Esto genera un precio de venta accesible para el público. Además, es algo pequeño, sin género, versátil ya que puede ir en cualquier lado, y no hay límite de la cantidad que podés tener. Así que empecé. Me bajé Adobe Illustrator y, gracias a mi poca paciencia para ver tutoriales, terminé aprendiendo a digitalizar básicamente tocando todo hasta que las cosas funcionaran como yo quería. Digitalice 10 imágenes y lancé mi primera colección de stickers. Los subí al Instagram que tenía de las cartucheras, a ver qué pasaba. Me acuerdo que al rato de haberlos publicado una chica me escribió para comprarme todos, uno de cada uno! Yo no lo podía creer. Ahí fue cuando me di cuenta que era por ahí. Así que con el tiempo empezaron a crecer los stickers y a quedar las cartucheras de lado. Y a través de los años, después de muchas horas de dibujo, días de ferias e inversión en producción, llegamos a lo que es La Estampería. Decidí conservar el nombre por dos razones. Primero porque estaba muy encariñada. Cuando bauticé a mi trabajo en su momento me sentí muy orgullosa. Y segundo, siento que también aplica a esto nuevo, ya que es una técnica moderna de aplicar estampados sobre distintas superficies.
Respecto a las técnicas que me gusta aplicar en mi trabajo, en el momento trabajo más que nada el dibujo digital. Aunque los bocetos arrancan siempre en un cuaderno, toda la vida la termina adquiriendo de forma digital. Trabajo con un Ipad en la app Procreate. Después de años logré invertir en este equipo, y me cambió la forma de trabajar. Antes trabajaba con la compu, usando Photoshop e Illustrator. Unas de las ventajas del trabajo digital es la capacidad de corregir errores de manera casi inmediata; así como la velocidad con la que se puede llegar a lograr un trabajo, ya que no hay tiempos de secado, por ejemplo. Estas cualidades me hacen preferir el dibujo digital al momento de trabajar.
Otra técnica que uso para hacer mis stickers es la analógica, tengo varias colecciones pintadas en acuarela, y una de flores pintada en gouache. Lo analógico es de mi preferencia al momento de hacer arte simplemente por placer. Me relaja y me logra desconectar completamente de mi alrededor. Me da paz, me hace muy feliz. Por eso no es mi técnica preferida al momento de realizar un trabajo, ya que como lo disfruto tanto, no lo quiero “arruinar”. También, al contrario del arte digital, trabaja otros tiempos. Y si hay errores, hay veces que son más difíciles de corregir (aunque siempre está Photoshop para dar una mano).
Los stickers para mí lo son todo. Son desde mi trabajo, a mi hobbies, mis colecciones, mis tesoros. No sólo produzco stickers, soy MUY fanática de ellos. Tengo carpetas llenas de stickers de otros artistas. También hago la práctica del journaling, que sería como un diario intervenido no solo con textos, sino también con imágenes. Uso muchos stickers para decorarlo, por eso también digo que es mi hobbie. Lo que más me gusta de mi trabajo es que siempre le saca una sonrisa a la gente. Al jugar con el humor acerca de situaciones y productos cotidianos, así como incorporar insultos, mucha gente se siente identificada con mis ilustraciones.
El principal medio que uso en mi trabajo es el papel autoadhesivo, el producto analógico. Donde la gente se lo puede llevar e incorporar en cualquier objeto de su vida diaria. Me gusta la idea de que puedan ver los stickers en cualquier momento del día y que les pueda sacar una sonrisa. Aunque también tengo algunos stickers digitales (packs de stickers de WhatsApp o stickers para historias de Instagram), donde la gente puede compartirlos con sus conocidos.
Otra forma en la que circula mucho mi trabajo, de manera digital, es desde mis redes. Cuando subo una foto de algún sticker (más que nada aquellos que tienen un insulto), siempre me fijo en las estadísticas y por lo menos 50 personas se los compartieron a otros. Me re alegra que mi trabajo sea compartido, y más a modo chiste. El humor es algo que hace que la vida valga pena vivirla, y me alegra poder colaborar con eso.
Una de las ventajas que considero interesante del trabajo analógico es la tangibilidad. Creo que le da valor al diseño. El orgullo que me genera ver un producto estampado con algo que salió de mi imaginación no tiene precio. Además, la posibilidad de poder comercializar productos es lo que me permite vivir día a día. La desventaja es que para lograr esto no solo hay que saber dibujar, también hay que saber vender, producir, administrar redes sociales, publicitar, sacar fotos atractivas, encargarse de aspectos administrativos y logística, entre otros. Aunque amo mi trabajo, hay muchas cosas a tener en cuenta. No es solo dibujar y ya.
Respecto a lo digital, creo que la disponibilidad inmediata es una ventaja y desventaja en simultáneo. Lo considero una ventaja, ya que mi trabajo puede alcanzar muchas personas al mismo tiempo y en cortos plazos. Pero también la desventaja de esto, hoy en día con las redes, es la falta de control que tiene uno. Esta falta de control genera que la gente no sepa a quién pertenece, o mismo que el público no crea que alguien tiene los derechos sobre esa imagen. Que porque se encuentre en internet es de uso libre. O que cualquiera pueda agarrar tu imagen y publicarla en sus redes sin dar crédito al autor, o incluso peor, descargarla y reproducirla en cualquier producto. A raíz de esto surgen muchas copias, que es algo que me afecta a diario. Me gustaría que la propiedad intelectual y derechos de autor fuera algo de público conocimiento por el público, así podríamos evitar este tipo de problemas.
Este artículo es parte de una nota realizada por Yasmín Salomón para su proytecto "Sticker Boom: Un catálogo de artistas del sticker".